lunes, 23 de enero de 2012

Sobre la existencia de dioses

La existencia de Dios o dioses surge frente al sentimiento de miedo en los humanos y a la necesidad de aplacar el mismo. El hombre moldea a estos según su conveniencia, y no tiene ningún problema en reinventarlos si con eso le liberan del temor. No siempre se reconoce la existencia de un dios, sino que a veces se habla de un ser, de una fuerza o de algo conocido a lo que se le suponen fuerzas de la misma naturaleza.

Dos son los miedos principales para crear un dios, el miedo a la muerte y el miedo a lo desconocido.

El miedo a la muerte es la mayor tragedia humana. El hecho de ser capaces de reconocer nuestra propia existencia hace que seamos capaces de entender y valorar su desaparición. Y, aunque el sentido de la muerte es explicable desde muchas formas de pensamiento (siendo, para mí, la más acertada en un retorno y ciclo continuo de la vida) para la mente es más cómodo y agradable renegar de ella.
Si la muerte es parte de la vida, como lo es el respirar o el amar, rechazar su existencia resulta inverosímil. No se puede aceptar sin miramientos todo lo que forma parte de la vida y rechazar el fallecimiento simplemente porque no es de nuestro agrado. Es un pensamiento hipócrita aunque también, y en parte, justificable debido a que parte de un miedo como ya he dicho. Pero esta justificación solo puede permanecer válida en un corto periodo de tiempo, en el que el sentido racional se imponga.

¿Cómo renegar de la muerte desde la perspectiva humana? Creando un dios que sustituya ese proceso por otro que nos permita su eliminación. Las formas para ello son muy diversas: paso de la vida en la Tierra a otro espacio denominado Cielo, continuación de vida en la Tierra pero en otra forma de vida, continuación de vida en la Tierra pero en forma incorpórea, etc. Para la justificación de este proceso, casi siempre se necesita la existencia de un ser con suficiente poder para que la mente humana, por muy confinada que tenga su capacidad escéptica y autocrítica, acepte esta solución como válida.

En lo que respecta al miedo a lo desconocido, surge igualmente de la mente humana en cuanto a su capacidad de reconocer su propia existencia y situarla en un medio. Dicho medio, si no se controla, se vuelve oscuro para la misma y de ese desconocimiento surge el miedo.

Aunque la ciencia hoy en día hace posible el conocimiento de infinidad de cosas, y para las que no lo hace siempre tiene al menos una teoría con suficiente base como para su entendimiento básico, en el pasado la explicación de muchos fenómenos no era posible para el ser humano a través de su conocimiento, basado básicamente en la propia experiencia y tradición. Incluso hoy en día el conocimiento científico es rechazado por muchos por prejuicios basados en el mismo desconocimiento, o directamene ignorado por el mismo motivo.

De igual modo que para la continuidad de la vida se ha mantenido que se necesita la existencia de una fuerza poderosa que pueda ejecutarla, para la explicación de lo desconocido se necesita la misma fuerza que pueda explicar todos aquellos fenómenos de los que conocemos su fundamento y origen, ya sea una tormenta o la evolución de una especie.

Cualquiera de los dos miedos comentados puede ser revisado muchísimo más en profundidad pero considero que este es un resumen aceptable de sus implicaciones. A partir de la existencia de uno o varios dioses se desarrollan sus implicaciones hasta obtener una religión.

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